Mi historia subiéndome a una báscula empieza desde muy pequeña, recuerdo visitar el Hospital Ángeles Interlomas apenas de seis años, mi primera cita con la nutrióloga. A mis recuerdos también llega la vez que tuve que dejar mis clases de natación porque esta actividad abría mi apetito más de lo normal y lo que queríamos era un déficit independientemente de la actividad física, cabe mencionar seguía siendo niña.
En mi adolescencia era un mar de inseguridades si bien no era una adolescente sin amigos, recuerdo que todo me daba pena, que ir a comprar ropa era un calvario o perderme una que otra fiesta por no encontrar que ponerme. En mi etapa adulta lo único constante en mi peso era mi hartazgo de saber que año con año había fallado a esa promesa de “Año nuevo” de bajar de peso…. Con el paso de los años las responsabilidades se hacían más fuertes y ya estaba harta de las dietas el mantenimiento era insostenible.
El gran detonante fue a mis 30, dónde ya estaba manejando cifras de tensión arterial altas al igual que mi glucosa… llegó a mi mente el recuerdo de la muerte de mi abue; insuficiencia renal secundaria a Diabetes Mellitus Tipo 2, tuve miedo…
El tiro de gracia me lo dieron un día normal de compras en el supermercado cuando salía de una guardia terrible en el hospital, me veía fatal y obviamente me sentía fatal porque no tenía tiempo de hacer nada para mejorar mi aspecto secundario a lo que me encontraba haciendo en ese momento de mi vida a nivel profesional. Se acercan a mí y me dicen “hola linda estoy regalando ropa de embarazada veo que estas esperando bebe”… la indignación, el coraje, la risa nerviosa, y las ganas de llorar me hicieron tomar la mejor decisión de mi vida. En ese momento odie a la señora, que con la mejor intención se acercaba a mí, hoy doy gracias por este evento chusco de mi vida.
Una persona cercana a mi había realizado el procedimiento de manga gástrica y siempre me decía que tomará la decisión y que no tuviera miedo, sin embargo, por decidía no me animaba hasta que paso lo que les acabo de contar.
Desde el día que dije lo voy a hacer, mi vida cambio totalmente; hoy por hoy les puedo decir que no es un camino fácil, como mucha gente lo piensa. Por el contrario, es un nuevo comienzo y así como los nuevos comienzos son emocionantes también implican retos físicos, pero sobre todo mentales y psicológicos porque el cambio es enorme, es ahí donde debes estar preparado; es ahí donde todos los recuerdos que marcaron tu historia del peso debes recordarlos para no perder tu objetivo.
Sin duda la vida dio un giro de 360, pero vale totalmente la pena. Llevo 6 meses de mi cirugía logrando bajar 30 kilos aproximadamente, físicamente me siento increíble, les puedo decir que hacer ejercicio es mi parte favorita del día. Ya no me canso tanto como antes, me siento con mucha energía y sobre todo motivada y con ganas de mantener esto que nunca había sentido desde que tengo memoria que es un bienestar integral: cuerpo, alma y mente unidos los 3 con la única finalidad de ser feliz, y te aseguro que hoy soy mas feliz que hace 6 meses. La sensación de amarte y amar tu cuerpo al igual que sentirte saludable quisiera que lo sintiera todo el mundo así como lo estoy sintiendo yo en este momento…