Comer fuera es un estilo de vida que se vivo hoy en día y no hay razón por la que se deben evitar restaurantes porque tienes diabetes. Sin embargo es importante saber lo que estás comiendo y tomar decisiones saludables del menú.
- No tengas miedo de preguntar acerca de los ingredientes o el tamaño de la porción de los platos.
- Trata de comer la misma porción que comerías en casa. No te sientas con la necesidad de dejar el plato limpio, solo para sentir que valió la pena el gasto.
- Pregunta si puedes pedir una porción más pequeña a un precio reducido, comparte platillo con tu acompañante o ponlo para llevar.
- Pregunta si se le puede quitar o reducir la cantidad de mantequilla para la preparación de tu platillo.
- Pregunta si es posible colocar los aderezos, salsas, crema y mantequilla por aparte.
- Elige los alimentos asados, horneados, escalfados o hervidos en vez de fritos.
- Trata de solicitar sustitutos, como queso cottage bajo en grasa, papa al horno o vegetales extra en vez de papas fritas.
- Si tomas insulina, solicita al nutriólogo o grupo multidisciplinario por una guía de cómo ajustar la dosis cuando comes fuera de casa.
Lic. Nut. Daniela García Quijano